jueves, 2 de febrero de 2012

Esta noche es para siempre


Cuando tuve plena consciencia de todo ya estaba atravesando la puerta giratoria y entorné los ojos para ver si veía a alguien y me encontré con un cartel que me daba la bienvenida, sonreí y caminé hacia quien lo sostenía.Un abrazo, un beso en la mejilla y la sorpresa en su voz diciéndome que era real y que tu no estabas loca.

Me volteé y te vi, manos en los bolsillos de tus jeans, lentes de sol y una sonrisa nerviosa. Mentiría si dijera que todo pasó como lo había planeado, en realidad no supe que hacer y bobamente te abracé y te di un beso en la mejilla. Me saludaste y escuché tu voz en mi oído. Estabas ahí, eras real.

Subimos al coche y comenzaste a hablarme de la ciudad y de lo que íbamos viendo en el camino. Tenia la vista clavada en el paisaje desconocido que se encontraba ante mi...¿Eres real? ¿De verdad...estoy aquí?
Tomaste mi mano y enrojecí al instante, voltee a verte, me sonreíste y empezaste a jugar con mi mano. Creo que mi nerviosismo se hizo aun más evidente y clavé la mirada en la ventana mientras acercabas mi mano a tus labios.

Llegamos a tu casa y subimos a tu cuarto, deje mis cosas en el suelo y volteé a verte. Sonreíste y me abrazaste mientras yo respondía el abrazo, aún sin salir de mi asombro. Cerré los ojos, retuve el aire en mis pulmones para soltar un suspiro y de repente tuve tus labios en los míos, después de toda una espera que bien pudo haber sido una vida, supe que se sentía lo que tantas noches trataba de imaginar.
Nos separamos y me quede prendida de tu mirada y de tu sonrisa.

En la noche, fumabas mientras platicábamos en el balcón de tu cuarto y me preguntaste que en que pensaba. No supe que decirte y con trabajo articule algunas frases pero sé que no estuviste satisfecha con esa respuesta. La verdad era que aún a pesar de las horas que habían pasado desde que había llegado, aún no podía creerme ahí, contigo a mi lado. La pregunta de horas atrás seguía ahí ¿de verdad está pasando todo esto? Nos fuimos a dormir y no sé porque pensé que quizá a la mañana siguiente cuando despertara, iba a ser en mi cuarto y tu no ibas a estar abrazándome.

Jamás en la vida me han despertado de una manera tan dulce como tu lo hiciste y tampoco nadie nunca me ha visto de la manera en que tu lo hacías. Ese día después de estar acurrucadas platicando durante la mitad de la mañana, me mostraste lo que significa tu ciudad, lo mágica que es, detalles que difícilmente las personas aprecian y probé comida que jamás había visto. Descubrí que la ciudad parecía tener música por todas las calles y dándole razón a una amiga tuya, el aire tiene algo.

El tercer día conocí a tu familia y fueron horas de cuenta atrás. Fuimos a Starbucks y justo cuando tenia el té en mis manos y estábamos en el coche rememoraste este post y nos besamos. Por fin podríamos ir a donde fuera pero estaríamos juntas, al menos por unas horas más.

Cuando fuimos de regreso a casa de tu hermana, la musica de fondo que sonaba en el auto me hizo llorar y te dije, con la voz más cortada que la leche con limón,  una parte del coro de la canción Baila mi vida de Sancamaleón:

"Baila mi vida
 No dejes que llegue el dolor
 Este momento es todo lo que tenemos
 Y el futuro es tan incierto
 Pero esta noche es para siempre"

Después tuvimos que regresar y en ese transcurso no pudimos decirnos nada textualmente porque había gente acompañándonos pero íbamos diciéndonos todo mientras cantábamos letras a las que les fuimos dando emociones.
En el momento en que iba a irme, tu mamá decidió acompañarnos y fue bueno, porque así tuvimos que controlarnos para no rompernos. Mientras manejabas, tu brazo rozaba el mio y sentía como moría por dentro.
Llegamos a la central de autobuses, caminamos lentamente y con las lagrimas atoradas en la garganta. Antes de separarnos te abracé y susurramos palabras que reconfortaban en medio del sufrimiento. Pase a través del control de seguridad, me dio un impulso y voltee a verte, seguías ahí. Las lagrimas bajaron por mis mejillas y te dije "Te amo" con los labios. Sonreíste casi un segundo y tu cara volvió a ser de angustia.
Como las paredes de la sala de espera son de cristal pude verte a través del otro lado y me acerqué lo más que pude, tu te quedaste del otro lado lo más cerca que pudiste. Creo que jamás había sentido algo tan doloroso como verte ahí, como perdida, sin saber que hacer.

Justo cuando pensaba en levantarme e ir hacia donde estabas, anunciaron mi autobús. Apenas estuve mi asiento, rompí en llanto. El camión salió de la central y pude ver tu auto todavía estacionado en donde lo habíamos dejado. Y mientras el camión avanzaba, las luces del puerto se perdían en la densa oscuridad. En ese instante, supe que una parte de mi se había quedado en aquel lugar mágico.

 Una amiga antes de irme me pidió que por favor regresara y yo le conteste en ese momento que así lo haría, que tenia demasiadas cosas que hacer aqui como para quedarme. En cuanto la vi al día siguiente y me dio las gracias por regresar, supe que no lo había hecho. No pude regresar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

O.o fuiste a ver a Jolly Azul???

Chesto dijo...

Así es xD juro que no me fume este post xD

Anónimo dijo...

Y como le hiciste o que pedo...

Elena HC dijo...

:3 :')
owwww qué bonita narración

qué bonito qué bonito y qué triste
no puedo decir nada coherente, tu post me provoca emoción

owww

Lyds Marie dijo...

Dios, dios, dios, dios. Es cierto, es una muy buena narración, es obvio que lo sentiste hasta los huesos, y damn, que lo transmitiste muy bien.

Ya me dio algo, yo también iré a ver a mi ella, aunque hace ya mucho que ella se llevo parte de mí. ¿Me quedaré entonces completamente allá?

Saludos :)

Lors dijo...

tengo la lagrimita en la mejilla... :') (literal)
Me llegaste a lo profundo chesto, me encanto tu post!...
Es una verdadera Historia de amor, donde seguramente terminaran juntas.
Ese es amor del bueno.
felicidades por tu valentía de ir con ella...y de conocer el amor.
un abrazo.